Correa cumple dos años en el poder con obstáculos en el camino para el cambio

La Embajada del Ecuador informa a la comunidad de ecuatorianos en Holanda que se encuentra oficialmente abierto el "Registro Electoral y Actualización de Domicilios de los Ecuatorianos en el Exterior", para las elecciones generales que se realizarán el 26 de abril de 2009. Correa, un economista que se dice cristiano de izquierda, llegó al sillón presidencial el 15 de enero de 2007 con la esperanza y empuje de la mayoría de sus compatriotas, que lo eligieron en las urnas para que lleve adelante un cambio "radical y rápido". Su "revolución ciudadana" le ha supuesto a Correa grandes avances y serios desafíos, y aún debe sortear uno de los más grandes obstáculos de su proyecto, al someter su cargo a una nueva elección, fijada para el próximo 26 de abril. Y es que el año pasado Correa sumó una vitoria decisiva para afianzar su propuesta, al ser aprobada la nueva Carta Magna, en el referendo celebrado el pasado 28 de septiembre, cuando un 64 por ciento del electorado aprobó el texto hecho, según los opositores, a la medida y gusto del mandatario. Esa nueva Constitución, la vigésima que ha tenido el país, establece que todos los cargos de elección, incluida la Presidencia de la República, deben someterse a la ratificación en las urnas bajo el nuevo marco legal vigente. Sin embargo, el año 2008, también generó ciertos reveses para el mandatario, que se quejó con dureza, cuando tropas colombianas, el 1 de marzo, invadieron territorio ecuatoriano para destruir un campamento clandestino de las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Esa operación, en la que murieron unas 26 personas, entre ellas el "número dos" de la guerrilla, Raúl Reyes, derivó en la ruptura de relaciones entre ambos países. Correa también soportó un periodo de tensión diplomática con Brasil, debido a la impugnación de un crédito brasileño por considerar que hubo irregularidades en su contratación. El crédito fue para financiar la construcción de una central hidroeléctrica, que presentó fallos. Ecuador, además, sorprendió a la comunidad financiera internacional al declarar "ilegítima" parte de su deuda comercial y declarar en moratoria el pago de los bonos Global 2012 y 2030, medida que fue aprobada por la mayoría de la población. Por ese tipo de actitudes, la popularidad de Correa se ha mantenido alta, y al finalizar 2008, ese índice alcanzó el 70 por ciento, un récord desde 1978, cuando el país volvió a la democracia. Pese a la alta popularidad, Correa también afronta actualmente amenazas de protestas de antiguos aliados. El Frente Unitario de Trabajadores (FUT), la mayor central obrera, efectuará mañana mismo una movilización para exigir mejoras salariales, mientras que la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) ha convocado a una protesta para el 20 de enero, contra una ley de Minería impulsada por el Ejecutivo. Correa ha solicitado paciencia a su pueblo, porque necesita tiempo para consolidar su proyecto, que incluye la integración Latinoamericana y con países con los que comparte la línea política, especialmente Venezuela, Bolivia, Cuba, Irán, Rusia y China. No obstante, su camino hacia el "socialismo del siglo XXI" sugiere nuevos retos en 2009 y es por ello que ha puesto a funcionar, con mucha fuerza, su maquinaria publicitaria, una de sus más importantes herramientas para mantener el apoyo popular y ganar a sus adversarios políticos de derechas y de izquierdas. Para el ex legislador y analista político Diego Delgado, los dos años de Correa han sido una "frustración", ya que, tras más de tres décadas de gobiernos de derechas, confiaba en un cambio revolucionario. Según Delgado, el proyecto de Correa "no es ni socialista ni del siglo XXI", sino una propuesta socialdemócrata que "repite el mismo modelo" neoliberal que dice combatir. Delgado dijo a Efe que su opinión se ve corroborada al analizar la conformación del gabinete de ministros y el grupo de colaboradores de Correa, entre los que se incluyen ex funcionarios de gobiernos conservadores y democristianos. "El pueblo quería cambios verdaderos (...) que no se han dado" y ahora sólo "le queda seguir luchando, para lograr las verdaderas transformaciones" y dejar atrás el modelo neoliberal, que ha significado "la ruina para la población", apostilló Delgado. la Hora

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